El largo recorrido del Área Metropolitana
Joaquín Sánchez Garrido ordenó el inicio de un estudio de viabilidad para crear un Área Metropolitana a los tres meses de iniciar su segundo mandato.
Toledo quería ser en los años noventa una ciudad de ‘primera’ y para conseguirlo necesitaba grandes proyectos. El alcalde socialista Joaquín Sánchez Garrido se empeñó en elaborar un anteproyecto para la puesta en marcha del Área Metropolitana en 1991, a los tres meses de estrenar su segundo mandato como alcalde. Quizá la iniciativa para crear un sistema de transportes que conectara la capital con el resto de municipios que la rodean no tuvo tanta repercusión como en las dos últimas legislaturas de José Manuel Molina, en las que el proyecto se envolvió en una polémica constante por las tensiones del Ayuntamiento con la Junta. A estas dificultades se sumó la férrea oposición del PSOE, que reivindicó con frecuencia la puesta en marcha del Área Metropolitana y celebró algunas reuniones con la Junta para dar forma al proyecto.
1991-1995. S. GARRIDO
Sánchez Garrido puso sus miras en Madrid para tomar ideas porque sólo ésta y Barcelona contaban entonces con Área Metropolitana gracias a la creación de un consorcio de transportes. La iniciativa del alcalde «fue una idea interesante», recoge el concejal de IU, Ángel Dorado, en su obra 20 años de Ayuntamiento Democrático, pero asegura que le faltó concreción. Pero esta opinión choca frontalmente con el documento que se encargó en 1991, que tardó casi cuatro años en estar listo. Un cuidado estudio de necesidades, servicios, características que incluyó la problemática del tráfico y, sobre todo, el estudio demográfico de los pueblos al objeto de analizar la viabilidad de un proyecto que se anunciaba costoso.
El alcalde tenía la idea, el anteproyecto y la legislación amparaba su iniciativa porque la iniciativa estaba previsto en las Leyes de Bases de Régimen Local y del Suelo y en el propio Estatuto de Autonomía, pero ya no había tiempo en su legislatura y su sucesor, Agustín Conde, dejó escapar esta oportunidad. Si bien, antes de agotar el mandato, quiso dejar el proyecto bien atado porque incluyó un proyecto de Ley que le entregó a José Bono, presidente de Castilla-La Mancha entonces, para que lo elevase a las Cortes Regionales. «El estudio lo han conocido mis sucesores y la Junta», aseguró Sánchez Garrido recientemente en una entrevista en La Tribuna, pero no se tuvo en cuenta.
El crecimiento demográfico y el empuje de Toledo gracias a su capitalidad, su buena situación territorial respecto a Madrid y su creciente desarrollo en el sector servicios aconsejaban plantear un Área Metropolitana. A pesar de que las cifras han variado sustancialmente en estos catorce años, lo cierto es que el equipo de redacción de este documento que Sánchez Garrido dejó registrado en el Ayuntamiento ofreció un profundo análisis de la capital, que contaba con 63.561 habitantes, y de los posibles municipios que podrían forma parte de este proyecto: Bargas, Olías del Rey, Nambroca, Burguillos, Cobisa, Argés, Layos y Guadamur.
Estos pueblos también disponían en el año 95 de líneas regulares de transporte por carretera con periodicidad diaria a cargo de empresas privadas. Y Guadamur es el único municipio que contaba con menos trayectos diarios, puesto que la empresa Samar se encargaba de cuatro viajes diarios.
El documento, redactado por el arquitecto Juan A. Barrado y el abogado Enrique Ximénez de Sandoval, desvela que el tamaño de la ciudad no se acoge a los parámetros clasicos porque era más reducida. Lo mismo sucede con el número de desplazamientos residencia-trabajo, sobre todo, si se toma como modelo a Madrid, pero aun así resultaba necesaria la concertación y coordinación de las actuaciones requeridas en los municipios y era «razonable» la propuesta de creación del Área Metropolitana.
Por tanto, Sánchez Garrido tenía en mente la creación de un ente terrritorial que facilitase un sistema de transportes y además tuviese competencias relativas a la ordenación territorial, la promoción de actividades económicas, el abastecimiento de agua, el tratamiento y depuracion de aguas residuales y la actuación de Protección Civil y Bomberos, entre otras materias. El estudio de viabilidad también señala que debe tener autonomía presupuestaria y considera conveniente la elaboración de un Plan Estratégico que sirva para definir los objetivos para el Gobierno de este área.
Por último, el documento remataba su estudio con el borrador del anteproyecto de ley, en el que se apuntaba que el Área Metropolitana podría constituir Consorcios y cualquier otra asociación, así como «promover la constitución de Mancomunidades para la realización común de obras y servicios determinados». Asimismo, se incluía la creación de un Consejo formado por el alcalde o un concejal de cada municipio que se integrase en este proyecto, cuyo presupuesto saldría de la aportación de los municipios en función de sus habitantes y de las distintas subvenciones de la Junta y de otras administraciones.
A pesar de este exhaustivo trabajo, Sánchez Garrido se topó, en principio, con las reticencias de los alcaldes de estos municipios, que temían que la creación de un área de estas características les robara la autonomía y convirtiese estos pueblos en simples pedanías de la capital. Si bien, en ningún momento, el estudio de viabilidad menoscababa la identidad de estos municipios. Así que una vez conocido el borrador del proyecto, los alcaldes lo apoyaron siempre que se respetara esa decisión, pero el socialista no tuvo tiempo de ponerlo en práctica porque sólo le quedaban tres meses de mandato.
2003-2007. MOLINA
La posibilidad del Área Metropolitana estuvo olvidada los cuatro años de gobierno de Agustín Conde, a pesar de que contaba con un interesante estudio de viabilidad heredado. Si bien, en las dos legislaturas posteriores de José Manuel Molina, (1999 a 2007) cuando se volvió a hablar de esta posibilidad, aunque el tema se politizó durante años y sirvió de constante arma arrojadiza entre el PSOE y el PP.
Una de las reuniones destacadas se celebró en noviembre de 2003. El equipo de Gobierno municipal trató el tema con el consejero de Obras Públicas, Alejandro Gil. El PP quería aprobar un Área Metropolitana de autobuses y taxis, pero no se logró un buen entendimiento porque la Junta no contaba con Guadamur ni Polán y el PP manifiestó una insistente preocupación porque las paradas de estos autobuses perjudicaran al transporte urbano.
Dos años más tarde, la iniciativa continuó en el aire y el Partido Socialista ejerció una cuidada oposición sobre el tema, incluyendo reuniones en solitario con la Junta para intentar desbloquear el proyecto. Ese mismo año, Molina pidió al Gobierno regional nueve millones de euros anuales para financiar el Área Metropolitana y justificó su propuesta tomando como referencia otros sistemas de transporte interurbanos en los que la comunidad autónoma financia entre el 60 y el 70% de los costes.
La falta de sintonía entre el PP y el PSOE se agrava y los socialistas llegaron a pedir la comparecencia del alcalde en el Pleno de octubre de 2006 para que hablase de los problema del tráfico y del Área Metropolitana, que tienen claro que al Ayuntamiento no le interesaba porque prefería velar por los intereses de Unauto, la concesionaria del transporte público de la ciudad, que que sentía que saldría perjudicada. Sólo un mes después, la presidenta regional del PP, María Dolores de Cospedal, prometió la creación de un Área Metropolitana «eficaz y barata» y acusó a la Junta de falta de interés hacia este proyecto.
La legislatura de Molina se agotó sin proyecto, aunque el Ayuntamiento ofreció a la Junta una financiación al 50%, pero la iniciativa no convenció y la oposición criticó a Molina con dureza por bloquear un proyecto tan importante y le acusó de preferir el dictado de Unauto a los «intereses de los toledanos.
2007-2011. PAGE.
Toledo contará con un Área Supramunicipal de Transportes después de un largo y tortuoso camino de más de catorce años. El equipo de Gobierno actual inició distintas reuniones a lo largo de 2008 para intentar dar un impulso al proyecto y dejó claro que el modelo que presentó Sánchez Garrido en su día no resulta válido porque algunos pueblos cercanos a Toledo disfrutarían de más frecuencias de autobuses que el barrio de Azucaica.
A finales de este año se anunció la puesta en marcha del Astra gracias al incremento de un centenar de servicios respecto a los actuales, pero su materialización está pendiente del visto bueno de los pueblos que se integrarán en el Astra.
http://www.latribunadetoledo.es/noticia ... 0ED0314620
Toledo, solar hispano, crisol de la raza íbera. Dichoso aquel que naciera español y toledano. (Cervantes)
Hablad de castellanos y portugueses, porque españoles somos todos. (Luís Camões)
Sobre Toledo y otra ciudad: Si tan grande, no tan fuerte; si tan fuerte, no tan grande. (Isabel I de Castilla)