A petición de Kázson Kovacs una pequeña recopilación de los restos arqueológicos aparecidos en el Alcázar de Toledo durante las obras de ampliación del Museo del Ejército:
Tres fotos publicadas por la
Revista Aquí, la última del Bastión Trastámara:



Una foto del
gabinete de prensa del Ayuntamiento de Toledo. Al fondo pueden verse las Covachuelas:

Una publicada por Libertaddigital.com

Una foto del Bastión Trastámara e información sobre él procedente de la web
http://www.unaventanadesdemadrid.com
Código:
El Bastión Trastámara era una torre albarrana5 construida en el último tercio del siglo XIV y que se continuaba utilizando durante la revuelta Comunera de 1521. La entrada a él se hacía mediante un puente de madera emplazado al mismo nivel que las almenas y en su interior existía un aljibe en el que se almacenaba el agua imprescindible para continuar la resistencia en caso de asedio.
El Bastión apareció durante las obras realizadas para adecuar el Alcázar de Toledo como sede del Museo del Ejército. En las excavaciones efectuadas alrededor de esta antigua torre albarrana, aparecieron diferentes elementos arqueológicos que atestiguan una continuada ocupación del terreno desde la Edad del Bronce6 hasta el momento presente. Entre ellos, cabe mencionar una cisterna romana, diferentes silos y estructuras árabes, así como restos cristianos de la Baja Edad Media (siglos XI al XV).
El Bastión durante las excavaciones y obras fotografiado por
Jav:

Una foto de las Covachuelas durante la excavación:
Procede del artículo: Actuaciones previas a la intervención en edificios históricos: dos ejemplos prácticos “Las Covachuelas” (Alcázar de Toledo) y Ayuntamiento del Cortijo de San Isidro (Aranjuez) de
V. Macías y
E. Martínez publicado en
Informes de la Construcción, Vol 63, No 522 (2011)
Un artículo creo que publicado en
La Tribuna de Toledo por
Adolfo de Mingo Lorente (si no es así que alguien me corrija):
Citar:
Arqueología en el Alcázar de Toledo
"Zozaya asegura que los restos serán totalmente reintegrados"
El presidente de la Asociación Española de Arqueología Medieval enumeró en la Biblioteca Regional los hallazgos que encontraron en el Alcázar los arqueólogos Villa, Caballero y Rojas
Cisternas romanas, restos de los jardines colgantes más antiguos de España o estructuras defensivas de los Trastamara (alrededor del XIV) son sólo algunos ejemplos.
TOLEDO.- «Los jardines colgantes más antiguos de cuantos hay documentados en España». Para Juan Zozaya, arqueólogo coordinador de los trabajos arqueológicos realizados en la zona norte del Alcázar de Toledo con motivo de las obras destinadas a alojar el nuevo Museo del Ejército, las excavaciones han permitido a los especialistas apuntar tesis tan sugestivas como ésta. Restos celtibéricos, romanos y visigodos ceden paso a la aparición de interesantes estructuras en época musulmana y cristiana.
De todo eso habló Zozaya, presidente de la Asociación Española de Arqueología Medieval, ex subdirector del Museo Arqueológico Medieval y miembro de instituciones de reconocido prestigio, en la tercera de las conferencias organizadas por la Asociación de Amigos del Toledo Islámico en la Biblioteca Regional.
El veterano especialista ha actuado como supervisor del equipo formado por Rafael Caballero, Ramón Villa -vicepresidente de la asociación que organiza las conferencias- y Juan Manuel Rojas sobre proyecto de los arquitectos Fernadández-Longoria y Hernández-Gil.
La que fue posiblemente la «excavación más compleja de su momento en España», dado que parte del Alcázar quedó prácticamente al aire, ha permitido encontrar restos tan antiguos como varios fondos de silo anteriores a la era cristiana, muy cerca de la calle de los Alféreces Provisionales.
De época romana han encontrado una modesta cisterna con revestimiento hidráulico -que ha sido necesario alterar para alojar los pilares del edificio actual-, así como los restos de un desagüe que los arqueólogos no pueden vincular, por falta de datos, con estructuras de abastecimiento hidráulico relacionada con el acueducto.
Son visigodos dos sillares -uno de ellos quizá sea romano reutilizadoreintegrados en un muro islámico de comienzos del IX. Surge la eterna pregunta: ¿Fueron traídos de otro lugar? ¿Existió una edificación visigoda originalmente en este lugar? «La población visigoda de Toledo se desarrolló fundamentalmente en la zona extramuros, llegando hasta la Vega Baja». Zozaya, antiguo miembro del consejo de expertos de la Empresa Municipal Vega Baja, parece haber cambiado su percepción de las excavaciones en esta zona de la ciudad desde sus últimas declaraciones públicas al respecto, pronunciadas a finales de septiembre del año pasado.
Volviendo al Alcázar, son islámicos muchos de los fragmentos de cerámica, realizadas mediante diferentes técnicas medievales.
Uno de ellos, el más interesante, conserva una inscripción en letra cúfica floral toledana en la que puede apreciarse el nombre de un miembro de la dinastía de reyes taifas toledanos, los Banu-dil-Nun.
«Si no es del propio Alcázar, sí es posible al menos relacionarlo topográficamente con el eje Alcázar-Santa Fe».
Unos jardines colgantes, posiblemente los más antiguos de la Península Ibérica, o una gran sala de usos administrativos completan los hallazgos, que «podrán verse prácticamente al cien por cien» una vez abierto el museo.
Los hallazgos encontrados previos a la época musulmana son escasos pero interesantes
Algunas estructuras
Cisterna romana. Ha tenido que ser seccionada para alojar los pilares del edificio, aunque esta circunstancia permitirá que los visitantes contemplen cómo era el interior de una de estas estructuras hidráulicas romanas.
Jardines colgantes. Permitieron reaprovechar la zona que sirvió para autoabastecer de piedra al primer Alcázar musulmán. Sus estructuras pétreas, incluidas rocallas -roca simulada-, datan de comienzos del siglo IX.
Restos Trastámara. Además de un pequeño tesorillo de blancas, ha aparecido un gran espigón de piedra con restos de estructuras defensivas asociadas (una torre de vigilancia), decorado con una gola corrida.
Caseta de Carlos V. Uno de los primeros hallazgos fue una estructura longitudinal que resultó ser una caseta de obras empleada a comienzos del siglo XVI por los canteros del emperador Carlos V. También a esta época corresponden las 'covachuelas', especie de 'locales comerciales' que contribuían a sufragar los elevados costes del edificio.
Y otro artículo de
Europa Press:
Citar:
Se encuentran restos de una muralla musulmana en el Alcázar de Toledo
Estos hallazgos arqueológicos se han descubierto con motivo de las obras del nuevo Museo del Ejército que se están realizando en el edificio
22/11/2006 - Europa Press
El Alcázar de Toledo
Una cisterna y un desagüe romanos, el jardín colgante posiblemente más antiguo documentado de toda la península y parte de una muralla musulmana fechada en el año 756, sobre la que apoya el torreón noroeste del Alcázar son algunos de los hallazgos arqueológicos que se han descubierto con motivo de las obras del nuevo Museo del Ejército que se están realizando en el edificio.
Así lo avanzó hoy el arqueólogo director de las excavaciones realizadas en el Alcázar, Juan Zozaya, quien señaló que casi la totalidad de los restos aparecidos desde la prehistoria a la actualidad se podrán apreciar al quedar integrados en el proyecto del nuevo museo.
Según detalló Zozaya, invitado por la Asociación de Amigos del Toledo Islámico, durante las excavaciones --resaltó el "máximo cuidado" y la calidad con los que se han realizado-- han aparecido restos de fondos de silos de la época prehistórica, y una cisterna y un desagüe romanos, que podrán verse por dentro al hacer la visita al Museo.
De la época hispano-visigoda han aparecido dos sillares decorados en un muro datado en el año 802; mientras que de época musulmana se ha encontrado "mucha cerámica vidriada y sin vidriar" de los siglos IX al XI y dos fragmentos de relieves.
Fechada en el año 756 se han encontrado partes de una muralla, que se dirige al Arco de la Sangre, sobre la que apoya el torreón noroeste del Alcázar y un jardín colgante, también del 802, construido para "amortizar" la cantera del cerro del Alcázar de la que se extraían las piedras para su construcción y que supone "el más antiguo documentado de toda la península" además de un elemento ecológico moderno. Próximo al jardín se han encontrado restos de un pabellón de descanso, así como un arco árabe.
De la época de los reinos cristianos se ha hallado una sala de recepción de finales del siglo XI, desde la que posiblemente se repartía justicia administrativa y un espigón con gola corrida y dos torres. De origen posterior se encontró una puerta interior, así como una serie de edificaciones en la zona de Las Covachuelas, posiblemente locales comerciales empleados para amortizar los gastos.
Juan Zozaya, quien detalló que se han recuperado numerosos restos de pequeño volumen como un "tesorillo" de chapas de metal de dos gramos cada una, indicó que las excavaciones en la zona norte se iniciaron quitando el ensolado existente y realizando una zanja diagonal grande, surgiendo en primer lugar restos de muros de una caseta de obras de los canteros del Alcázar del siglo XVI.
El arqueólogo inició su intervención haciendo un repaso por la importancia de Toledo a lo largo de la historia y destacó que el cerro del Alcázar empezó a resurgir con los musulmanes y, especialmente, con la inquietud de un converso al Islam, Ambrosio, que regaló el cerro a los musulmanes a finales del siglo VIII para que instalasen una guarnición, hecho que inició "los problemas" en la capital.